
Reseña sobre
Manual de Psicoanálisis para Terapeutas.
20 Lecciones Introductorias y una Brújula Translacaniana
de Javier Arenas
Celebro la aparición de este sustancioso manual donde Javier Arenas ha sintetizado sus estudios de psicoanálisis y su práctica clínica a lo largo de sus 34 años de profesión. Nos transmite la destilación de los cursos que ha impartido durante más de 25 años, primero en el programa de Psicoterapia Clínica Integrativa en el IPETG de Alicante dirigido por Juan José Albert -en paz esté- y luego en diversas ciudades, para terapeutas que mayormente han sido y son gestaltistas. Desde la primera vez que lo invité a venir a Barcelona en el 1998 hasta ahora, su precisión y su capacidad de síntesis, que ya eran muy notables, han seguido incrementándose. Ya entonces, me aportó una significativa profundización en mi práctica clínica.
Es un libro realizado desde la pasión por el estudio y la docencia junto con el arte de la escritura, siempre precisa, a veces poética, otras con giros coloquiales que le dan frescura y con un muy cuidado ritmo. Ello nos facilita adentrarnos y/o seguir profundizando en la teoría psicoanalítica translacaniana, tal como él se identifica.
Arenas nos lleva de la mano en la siempre difícil comprensión de la teoría y práctica psicoanalítica. Lo hace de forma minuciosa y con muchas referencias a casos clínicos que son de agradecer por lo esclarecedores que resultan. Transmite conceptos freudianos y lacanianos muy complejos, entreteniéndose en desentrallar confusiones importantes a las que denomina “El Bacalao”. Bruce Fink, un autor que nos recomienda leer y del cual se sirve como referente conductor en la travesía por la teoría y la clínica lacaniana que trabaja a fondo, es pasado por el cedazo de su análisis bacalaónico. Así mismo, presenta desarrollos teóricos de otros autores en los que se apoya para, una vez más, señalar confusiones y aportar una relectura ciertamente clarificadora.
A la vez que es muy buen libro para adentrarte al psicoanálisis, también es cierto que si eres neófito requerirás paciencia para ir aprehendiendo la nueva terminología; te recomiendo que sigas leyendo aunque no puedas comprenderlo todo a la primera, poco a poco vas a irte familiarizando y entendiendo.
El manual, en general, nos permite abrir la mirada y tener mejor acceso a propiciar la elaboración simbólica y no sólo imaginaria con el/la paciente. Madurar requiere “jaquear” los “enunciados identificatorios” (nuestras introyecciones primigenias) sobre los que hemos construido nuestra identidad (narcisista por ser imaginaria) y que calmaron ansiedades propias de la (des)fragmentación de esa edad temprana. Necesitamos cuestionar la relación con este “Otro” significativo (figuras parentales o substitutos) que representan a ese Otro imaginariamente completo. Ello no es posible sin el largo proceso hacia la integración de la castración simbólica, donde ni el otro es todo, ni nosotros tampoco. A veces estructuralmente eso no es posible, el límite no ha sido inscrito porque, entre otros avatares, la función paterna no se ejerció suficientemente o fue ejercida en demasía, desde la omnipotencia. Javier nos muestra el recorrido desde su perspectiva teórica y práctica para detectar la posición del paciente con respecto a dicho límite y para acompañarle a ir abriendo la grieta necesaria que le permitirá recorrer el camino de transformación desde el goce imaginario, nutrido de idealizaciones, a la responsabilización de su deseo. Camino que en palabras nuestras es acompañarle a abrir el vacío que nos permite nutrirnos con las interacciones concretas, desarrollar nuestros proyectos posibles, disfrutar y ser creativos. Precisamos asumir tanto las capacidades como los límites concretos, tanto los logros como las frustraciones, para estar menos zambullidos en el goce de la repetición y la desmesura mortífera imaginaria.
En relación al tema que nos ocupa en esta revista sobre la perspectiva de género, la teoría freudiana y también la lacaniana han sido desde hace tiempo muy cuestionadas. En ese sentido, en un apartado dentro del capítulo sobre la histeria, Javier habla sobre ello. Allí, mientras diferencia entre el pene y el falo, y entre el falocratismo y el falocentrismo, sigue incidiendo sobre la diferenciación entre los registros real, imaginario y simbólico, fundamentales para entender las estructuras clínicas y su abordaje.
Esta diferenciación y la necesidad de la inscripción psíquica del límite simbólico para el funcionamiento neurótico más saludable, a mi modo de entender, están en la base de la orientación brujular que nos ofrece, la cual va dibujando a lo largo de todo el manual.
Dicha larga (616 páginas) y nutritiva travesía despliega un recorrido presentado en dos partes, los conceptos fundamentales y la psicopatología -enmarcada desde la perspectiva de las estructuras clínicas- y concluye con una síntesis de este esquema conceptual referencial operativo (ECRO) titulado La Brújula en el que incluye elementos concretos que usa en su práctica clínica, que nos resulta asequible y bastante cercana a nuestro enfoque.
Gracias, Javier, por pedirme la reseña de éste manual. Con mis ganas de leerlo a fondo, tu libro ha viajado conmigo este verano. Sus semillas son fructíferas.
Cristina Nadal
Valldoreix, Octubre 2019
Comentarios recientes
Estoy leyendo el "Manual..." y me parece una maravilla. Es por ello... »