Llevo más de 30 años atendiendo y escuchando a personas que llegan a mí a causa de su malestar vital, también llamado psíquico, para diferenciarlo del físico que sería el campo propio de la medicina. Decimos psíquico, que etimológicamente viene de psijé, alma, porque muchos de esos malestares tienen que ver con el estado de ánimo, con los sentimientos, con un sentirnos con nuestra vida de forma displacentera, con síntomas objetivables (ansiedad, depresión, frigidez, pensamientos obsesivos…) o aquellos simplemente subjetivos, desde un sentimiento de insatisfacción crónico hasta una infelicidad profunda. Las manifestaciones son múltiples, las claves no tanto.
Desde el psicoanálisis entendemos el síntoma como la expresión de un conflicto inconsciente, esto es, rechazado de la conciencia, y que desde su inconsciencia se hace oír de mala manera. Un análisis es ese proceso laborioso a través de las palabras necesario para poderlo escuchar de buena manera. Un viaje hacia sí mismo en busca de las causas, en busca de la verdad de uno, que una vez identificada y reconocida permite a cada cual gestionarla con mejores recursos y mayor libertad de acción.
Y es que la mentira enferma, y claro, la verdad cura.
Atiendo a todo aquel que tenga algo que decir y quiera ser escuchado de otra manera.
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Estoy leyendo el "Manual..." y me parece una maravilla. Es por ello... »